Ya lo dice la canción, muerto no estaba (aunque quizá mal enterrado...)
Creo que el mayor problema de no escribir en tanto tiempo es que cuando lo retomas no sabes sobre qué escribir (y mira que mi vida no es muy movida). Recapitulando, desde mi última entrada, Vietnam se ha acabado ("so long, teniente Dan") aunque es probable que me fichen para invadir Irak y comerme así unos cuantos palos más. He vencido a mis tres dragones (y aún tengo pendiente la celebración etílica), aunque hay otros tres que amenazan con despedazarme. He dicho que no a un trabajo de mercenario (mal que me pese soy fiel al teniente Dan, y si hay que ir a Irak a chupar del frasco, pues se va...) y me he hecho mi solicitud para ganarme los galones. También ha habido un divorcio cercano (siempre sufrimos los niños) aunque no ha habido (aún) demasiados daños colaterales... Un buen aluvión de hechos en una vida generalmente aburrida.
Respecto a la guerra, qué le vamos a hacer, el teniente Dan ha influido (para bien o para mal) en el mercenario de la tecla que soy ahora. No puedo dejarlo tirado, y además es mi última oportunidad de enfrentarme a las hordas con un cuchillo y salir airoso (en el futuro invertiré en M-16 o cogeré un carrito de la compra en un supermercado yanki, formas más raras de armarse he visto). Además, durante mi última temporada de sevicio en Vietnam ya no estuve sólo contra los charlies, sino que tuve un fiel compañero (Bubba) que se peló el culo conmigo para que todo llegase a buen puerto (afortunadamente Bubba sobrevivió, no como en la peli), por lo que puede que la camapaña de Irak sea un poco más llevadera.
De los tres dragones, digamos que emulando a mi santo me cargué a dos limpiamente, pero el tercero todavía colea. Necesita un toque de gracia que le caerá encima en algún momento indeterminado entre ahora y junio. Pero los cabritos son como hidras, y nada más segarles las cabezas veo que ya tienen sustitutos ("¡¡Excalibur, dame fuerza!!").
Respecto al mercenariado, mi lealtad está con el teniente Dan, es decir, que no pagaban lo suficiente. De todas formas, me han hecho una propuesta para cuando acabe mi servicio con el tío Sam.
Para los galones fui a ver a uno de mis superiores, que me asignó un trabajito, y cuando lo acabe, sargento (mira tú como promocionamos).
Creo que lo peor ha sido el divorcio, pero para hablar de eso están sus protagonistas cuando quieran, si es que algún día tienen ganas. Mientras tanto el equipo de apoyo está (estamos) al 110% para lo que haga falta.
Y las cañas, nos las tomamos en el Encarna cuando queráis (pero invitáis vosotros, amiguitos).
lunes, febrero 12, 2007
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