lunes, mayo 29, 2006

¿A qué huelen las nubes?

¿A qué huelen las cosas que no huelen? Supongo que, técnicamente, a nada. Ahora bien, hay muchas cosas que se supone que no huelen, y sin embargo tienen un olor característico (podéis respirar ya, no hay chiste sobre compresas).

Me refiero a cosas como el olor de un día de lluvia, casi no puedes describirlo, ni siquiera estás seguro de que huela a algo, pero tú lo notas. Hay uno de esos olores que me encanta y que estos días ha vuelto (llevaba casi 9 meses sin saber de él). El olor del verano.

No sé si a vosotros os pasa, pero para mí existe un momento en el que lo percibo y, queridos amigos, ¡ya es verano en El Corte Inglés! A partir de ahora ya puede venir el clima que le de la gana, que yo ya tengo por delante tres meses de verano. No tengo ni idea de a que huele, pero supongo que llamo olor a lo que percibo por muchos sentidos. El olor de la vegetación y del viento del mar, la sensación de calor que comienzan a irradiar los edificios y las piedras, el olor generalizado a cremas y protectores solares, el impacto visual de la escasez de tela en la ropa (femenina) y la brisa fresca o templada en la cara.

Sí, amigos. Ya es verano, tiempo del optimismo, de la alegría y el jolgorio en general. Pero por desgracia, el olor del verano trae consigo el anuncio de los exámenes, recrudeciendo la batalla que desde hace algunos años creo que se cobra algún que otro cabello como daño colateral, y que ya no volverá...

Este verano será, de todas formas, tiempo de cambio. Alguien va a estar trabajando todo el verano (suerte has tenido), de hecho buena parte de mis amigos lo estarán. Por mi parte, yo estoy a la caza y captura de algo, pero prefiero no echar la boca a paseo (cuanto más cuento algo, más me fastidia si se queda en agua de borrajas). De todas formas, puede que también sea mi último verano de estudiante (ojalá) y después... quién sabe qué habrá después. Supongo que nada tan emocionante como desearía, o más estresante de lo que quisiera, pero sea lo que sea, ya son horas de que lo afronte. Necesito poner a prueba lo que sé, y necesito ganarme la vida con ello, sentir que todos estos años aquí han sido efectivos y me han dado definitivamente los recursos para ser adulto de una puñetera vez.

Sí, adulto con 24 tacos. Pero de momento, adulto de juguete, responsable de mí sólo a medias, dependiendo de que el dinero llueva del cielo. Si alguien me va a sugerir que busque un curro, es bienvenido, pero si no lo he hecho hasta ahora he tenido mis motivos (aunque pueden cambiar en un futuro próximo).

Pero dejemos de momento semejantes reflexiones para volver al verano, tiempo de bikinis que dan nombre a operaciones, de que los que estamos a pie de calle veamos un poco más sólido el muro que nos separa de la beautiful people, y que sin embargo dejemos ir los ojos detrás de ellos... Es hora de ir a la playa, de tomar el sol, de jugar en el agua hasta que te fallen las fuerzas, de correr y de hacer todo el deporte que no has hecho en el año. Y es tiempo de oler en su piel el verano.

Soleados y propicios días mes amis.

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