jueves, julio 13, 2006

Madrugones y kinder sorpresa

Recuerdo que hace un tiempo vi el anuncio de una colonia que decí­a "...separa a los hombres de los chicos". Siempre me pareció curioso que una colonia tuviese tal poder de selección, pero no por ello dejo de creer que sí­ hay momentos o hechos que te hacen pensar en que has superado una etapa: acabar el colegio, el instituto, entrar en la universidad, tomar tu primera copa, dar tu primer beso, tu primer... En general cualquier cosa que comience por "tu primer ..." suele ser un punto de referencia para futuras batallitas. Pues ya tengo material para una nueva: mi primer empleo (de playmóbil).

Así­ es, resulta que hay incautos por ahí dispuestos a darme una oportunidad laboral (pobrecillos). Tampoco es que sea un empleo de verdad, es una beca de colaboración (trabajar poco y cobrar poco), pero es la primera vez en mi vida que me pagan oficialmente por un trabajo. Supongo que eso me hará parecer una especie de señorito ("anda, el nene no curra hasta los 24"), pero se trata de que es la primera vez que trabajo por un sueldo, no que trabaje en abstracto. Al que se le ocurra decir lo de señorito lo invito amablemente a pasarse unas semanas en la vendimia y a contrarreloj, echar ocho horas diarias de rodillas arrancando papel pintado de las paredes, pintar la casa, levantar patatas, etcétera. La mayorí­a de estos trabajos eran para mi familia, así­ que podí­a sacar tajada, pero no estaba escrito: si ­había suerte, bien, y si no, ajo agua y resina. Y mejor no hablemos de todos los servicios técnicos gratuí­tos que algún dí­a deberí­a facturarle a Microsoft (Bill, si me estás leyendo, me debes una pasta).

Lo de ahora es distinto, principalmente porque tengo el inmenso placer de trabajar en lo mí­o, en lo que me gusta, y eso sí­ traza una lí­nea en el camino que recordaré con los años. Como en los antiguos mapas medievales "a partir de aquí­, monstruos". Claro que a veces los monstruos que aparecen te desconciertan más que asustarte. El primer dí­a llega tu jefe y te explica donde vas a trabajar, te enseña el lugar y te dice lo que quiere que hagas. Ni para cuándo, ni mantenme informado ni leches en vinagre. Allí­ te quedas tú sin saber muy bien cómo enfocarlo. ¿A cuántos de vosotros le ha pasado? A mí­, particularmente, me ha dejado un poco frí­o. No haces más que pensar "¿Será urgente? ¿Pensará que soy un vago por no haber acabado ya? O peor, un inútil" (sí,­ peor inútil que vago, esa es mi escala, y al que no le guste que no la use). Por lo demás, el trabajo está relativamente bien pagado (he echado unos cálculos) y se ciñe al terreno en el que me siento más cómodo, pero después de una semana sigo esperando a que aparezca el jefe y me diga "Oye, que eso tiene que estar antes de fin de mes" o algo por el estilo, momento en el que supongo que me saldrá el corazón por la boca.

Uno de los efectos colaterales del curro es que me veo obligado a levantarme a eso de las 6:30 de la mañana. Contrariamente a la creencia popular, puedo atestiguar que las calles ya están puestas (el personal municipal eficiente que te pasas), lo cual me lleva a estar convencido de que no las quitan (cuando vuelvo de juerga algún dí­a a las 6 siguen ahí­) o quizá tienen distinto horario en fin de semana. Algún dí­a puede que lo descubra. Lo más curioso es que con esto de salir a las 7 de casa, me encuentro que el tiempo es como un kinder sorpresa: me levanto a las 6:30 y no veo un pijo, duermo una hora en el tren y me meto en el laboratorio (sin ventana y con aire acondicionado). Cuándo salgo de allí­, me quedo un rato buscando el chocolate, porque algo nuevo y una sorpresa lo tengo asegurado. Un dí­a de estos me voy a encontrar con ropa de verano bajo un aguacero del copón, como si aquello fuese un ví­deo de los Backstreet Boys.

Me temo que con el tiempo acabaré haciéndome adicto a las apuestas, al fin y al cabo ya me la juego cada mañana. Ya sé que podrí­a consultar la información meteorológica, pero, ¿y la emoción?

Si consigo salir de esta sin hacerme ludópata perdido me gustarí­a leer vuestras experiencias laborales, que últimamente tenéis esto más abandonado que yo, que ya tiene delito.

Hala, lápiz, papel y al tajo (o teclado, para el caso).

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Jo, yo entoavía no cato trabajo, pero me gustaría felicitarte por esta buena nueva!!! Eso le viene al currículum de perlas, tío; enhorabuena!!! (a mí ni me cogieron pa trabajar en la biblioteca-snif-)

Anónimo dijo...

Oh dios mio, no sabia nada!!! llego tarde fijo, pero me alegro, jeje.