He perdido dos días de mi vida hurgando en un maremágnum de tablas HTML, tablas dentro de filas dentro de tablas dentro de celdas, con dimensiones estiradas y forzadas, cuadrándolas entre dos navegadores, intentando minimizar la distorsión. Dos días borrando y escribiendo de nuevo el mismo código, volviendo al punto de partida...
Por Dios, que alguien me justifique por qué carajo no hay un diseñador web en el proyecto, ¡coñe! Soy programador, y lo que a mi me ha llevado dos días es probable que un diseñador lo hubiese resuelto en pocas horas. En esos dos días, podía haber avanzado significativamente la funcionalidad de la aplicación.
Pero qué más da... Desde la cima de la pirámide no se distinque un mono dándole a la tecla de otro. Son intercambiables, ¿verdad? A este paso, seguro que algún día terminamos por escribir las obras completas de Shakespeare...
Así cualquiera gana un premio Nobel...
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