Decía el anuncio de un coche que "a todos nos gusta vivir bien". A todos nos gusta estar cómodos, física y mentalmente. La comodidad física puede ser un buen sillón, tener el cuerpo que quieres o haber cogido "la posturita TM", entre otras muchas cosas. La comodidad mental es más sutil, aunque muchas veces (si no todas) pasa por la palmadita en la espalda.
La palmadita en la espalda va más allá del gesto físico: es ese casi imperceptible refuerzo positivo que se da a ciertas conductas aceptadas, la aceptación, en definitiva. La aceptación es una droga, y de las gordas. Casi nadie admite buscar la aprobación de los demás, pero en cierto modo, todos lo hacemos. El grueso de la gente suele buscar la aprobación social llana y sencilla, la integración, pero los demás no se quedan atrás: los grupos minoritarios que afirman ignorar o despreciar a la sociedad suelen aglutinar gente que busca la aprobación de otros como ellos.
Explicándolo con un ejemplo, el individuo "corriente" es como las películas de Hollywood: busca llegar a cuanta más gente pueda, valiéndose de ciertos tópicos, conductas aceptadas conocidas y demás. Lo que en la película es que el bueno se lleve a la chica, que el ex sea malvado, etc., en la sociedad se suele traducir en una cierta corrección política. Existen esas pautas no escritas que casi todo el mundo conoce, y seguirlas suele proporcionar la ansiada droga. El individuo "contracorriente" suele buscar romperlas o ignorarlas, pero es una fachada. Como las películas "de autor" o "experimentales" (y en más campos del arte), aunque provoque el rechazo del público en general, busca la aprobación de su círculo: que otros directores "alternativos" o ciertos sectores de la crítica alaben lo poco común de su obra.
El problema de la palmadita es el de todas las drogas: te enganchas. Como estás enganchado, necesitas cada vez más, y estás más inquieto si no la consigues. Para sentirte mejor intentas asegurarte tu dosis, y la forma más fácil de hacerlo es rodearte de gente con la que tienes afinidad. Si adoras el manga (por poner un ejemplo) y tienes contacto con una persona que lo aborrece puede haber discusión, desencuentro, y por ahí no llega la dosis. Solución: buscas rodearte de más fans del manga. Si vuestra conversación se mantiene en los límites de vuestra afinidad, las palmadas en la espalda van y vienen, y entran en resonancia. Cada vez se recibe más estímulo, más felicidad barata.
En física (y de forma poco formal, que no soy físico) cuando un conjunto de ondas entra en resonancia surge un fenómeno de amplificación. La amplificación teórica puede ser casi infinita. Sin embargo, si lo aplicas al mundo real, el material puede hacer "crack" al llegar a un punto crítico. En la teoría global de la palmadita (que me quedo solo buscando nombres), el punto crítico llega cuando pierdes el contacto con el exterior del círculo. Las mutuas palmaditas que os profesáis tus contertulios y tú desprenden tal cantidad de energía y buen rollo que entráis en órbita. Antes de que os deis cuenta estáis flotando cientos de metros sobre los tristes mortales que tienen la desgracia de no estar en vuestra "onda". Pobrecitos, qué mal deben estar allí abajo, privados de la luz de la VERDAD que sólo los elegidos conocen. Alguien debería iluminarlos, pero aquí arriba se está tan bien... ¿quién dijo que la endogamia era mala?
¿Parezco exagerado? Revisad vuestros grupos de amigos. ¿Cuántos no comparten vuestras aficiones, vuestras tendencias ideológicas, vuestros gustos musicales? Si hay alguno ¿qué pensáis sinceramente de él? Sin endulzarlo: derecha contra izquierda, cine oriental contra occidental, heavys contra triunfitos. Puede darse el caso de que vuestro grupo sea heterogéneo y feliz, pero mirad alrededor. ¿Cuántas divisiones véis? Cada uno se cava su trinchera y baila sin salir de su baldosa, chotis en comuna y felicidad de bote.
Creo que es la metonimia el fenómeno de identificar un todo con una parte constituyente (no lo recuerdo bien). En el entorno que acabo de describir esto es preocupante: dejamos de ser individuos para ser embajadores involuntarios de nuestro grupo. La bomba no la ha puesto un cabronazo, sino un árabe, un vasco, un bosnio... El asesino no es un psicópata, sino un jugador de rol, o alguien que escucha heavy metal o que lee libros raros. No hay gente que pone pornografía al alcance de niños, es Internet que pervierte a nuestros hijos. Cuando en vez de caras vemos banderas o insignias ya estamos a un paso de convertirnos en hooligans, fanáticos o lo que toque. Cuando una persona cruza se pasa de la raya, para nosotros lo ha hecho todo el grupo. Dadnos palos piedras y espadas y yo os monto una escena de "Braveheart" o de "El Señor de los Anillos".
"Elige una vida, elige un trabajo, elige un televisor grande que te cagas...", pero no te olvides de elegir a tu grupo. Deja que el grupo piense por ti, porque el pensar produce arrugas. No ha sido culpa tuya, ha sido el grupo. El grupo te da tu dosis puntualmente, así que ¿para qué le vas a llevar la contraria? El grupo es bueno, el grupo es sabio, el grupo es amigo de Sméagol y Sméagol prometió.
Ten cuidado, Sméagol, que tu promesa no te convierta en Gollum. Aunque lo hayas ignorado e incluso ahogado en alcohol y palmaditas, tienes un cerebro. Si lo enciendes puede que todavía funcione. Enciéndelo y párate a oír como suena, engrásalo un poco y úsalo. Puede que descubras algo de pensamiento crítico, puede que mañana cuestiones algo, o analices cualquier cosa. Cuando lo hagas tendrás abierta la puerta del corral. ¿Quieres tomar la pastilla roja? Que le den por saco a Matrix y date una vuelta por el lado salvaje. La realidad puede dar un montón de asco a veces, pero es mejor que una sobredosis de palmaditas.
¿Cómo dices? ¿Que divago? Culpable, lo admito, pero no por eso dejas de tener delante una pastilla roja y otra azul. ¿Hace un caramelito? ¿Y tú de quién eres?
martes, agosto 22, 2006
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2 comentarios:
¡La roja! ¡la roja por favorrr! ¿o era la azul? ...
No sé pero por favor dame la que quieras ¡con un poco de tu estilo aderezándola, mi Morfeo!
Acéptame por favoor...
O no, porque tendría q ser independiente para que me aceptaras...
Mira, mejor no me des nada, pero sigue escribiendo, ¿sí?
;o)
No esta mal, es lo que yo llamaría "mente de enjambre". Parece que ya te has tomado la pastilla roja y no hay vuelta atrás :)
Un saludo
Msn: kampercillo@mixmail.com
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