¿Algún día os ha salido redondo? Pues este fin de semana parece que me haya hartado a donuts.
Creo que no lo había comentado aquí, pero mis amigos y yo habíamos planeado disfrazarnos de X-Men para estos carnavales. Uno, en su pesimismo habitual, estaba convencido de que al final la gente se rajaría o que los disfraces quedarían demasiado todo-a-cien, pero no. Después de varios días de preparación de mi parte y un sábado a todo trapo (pero mágico en cuanto a ideas), el sábado por la noche se pudo ver por las calles de Vilagarcía a Pícara, Tormenta, Jean Grey, Lobezno, Gámbito y Cíclope. En cuanto me sea posible, colgaré/enlazaré algunas fotos, pero os puedo decir que debe haber sido el mejor carnaval de mi vida (y el primero en el que me disfrazaba desde los 13 años).
No hay desvelo que nos hayan llevado los disfraces que pueda pagar la cara de incredulidad y un poco de envidia que se le quedó a mucha de la gente que nos vio, y eso que la mayoría de los disfraces fueron preparados en el propio día.
La cosa salió tan bien que ya se han alzado voces para repetir el año que viene, para pedir entrar el año que viene, e incluso para hacer un poco de cosplay por ahí... Vaya, que vamos extendiendo la vena friki allá donde vamos.
Cambiando de tema, habréis notado (por Dios, espero que lo hayáis notado) la ausencia de posts en esta última semana, pero es que mis esfuerzos estaban dedicados 50% al disfraz y 50% a preparar un parcial que me he quitado de encima el viernes. No sé si lo habré aprobado, pero por lo menos ahora respiro tranquilo (sólo me atenazan las entregas...).
Cambiando mucho más de tema, hoy debe ser el día más raro que he tenido en los últimos meses. Estoy cansado, no he hecho nada en todo el día, no tengo hambre y el tiempo se me va escurriendo mientras me encuentro en estado vegetal. Supongo (sé) que tiene cura, y que mañana ya se me habrá pasado, pero me recuerda demasiado a temporadas malgastadas de años pasados, así que venderé la piel del jabalí cuando la haya cazado.
Y ya puestos a hacer un post heterogéneo, decir que estoy completando mi migración espero-que-definitiva a Gnu/Linux (no vaya a ser que el señor Stallman me lea y me riña), cosa que ansiaba desde hacía tiempo. Aún me falta afinar un poco el sistema, pero de momento soy bastante más feliz que con Windows. Ya he empezado incluso a arañar "gigas" de disco duro a Windows para ir trasladándolo a mi Kubuntu (sí, yo soy de KDE, ¿qué pasa?). No creo que el virus ese llegue a desaparecer a corto plazo de mi ordenador, pero puedo presumir de no haberlo usado más que 5 horas en la semana pasada (rehaciendo las particiones, que el QtParted se me hacía muy inseguro).
Poco más que añadir, sed buenos e idme por la sombra.
martes, febrero 28, 2006
lunes, febrero 20, 2006
Metafísica de la memoria
En la última entrada comencé queriendo hablar de música, pero el tema derivó por otros derroteros, así que aquí vengo dispuesto a "desfacer" el entuerto. Decía entonces que me apetecía escuchar "Los Rodríguez", porque es una música que yo asocio con un momento concreto de mi vida y con un montón de recuerdos, la mayoría buenos, algunos malos, algunos extraños...
Supongo que la asociación de música y recuerdos es bastante común, y que cualquiera de vosotros me dirá que no tiene nada de extraño, pero lo que ya no sé si es tan común es el que varios recuerdos que non tienen mucho que ver se combinen en uno solo. Ejemplo: hay una determinada canción que a mi me recuerda a un libro que leí, a una escena en concreto, pero con la particularidad de que uno de los personajes se funde con la imagen de una compañera de clase de hace unos años. Hay más detalles, pero no deja de ser curioso que cuándo escucho la canción me acuerde aleatoriamente de la compañera, del libro, o de tardes de primavera soleadas. Por eso creo que me gusta un espectro tan amplio de música, porque con tal de que no me moleste, puedo asociar cualquier canción con el recuerdo agradable que sea, y eso puede provocar que se me salte una sonrisa al escucharla.
A través de alguno de estos discos descubrí que me encantan algunas versiones extrañas de canciones conocidas (en directo, cantadas por otra gente, a dúo...), pero que la mayor parte de las veces que se revisa una canción se fastidia a base de bien (no sé si habréis oído una versión de "One" con Bono y No-sé-qué-tía; lamentable). Supongo que es prejuicio mío y habilidad de quién canta, pero muchas de esas versiones (en concierto, presentando a la banda, etc.) me llegan e incluso me emocionan (los que creais que no es posible, saltaos esta parte) pero en otras sólo oigo ecos de falsedad y monedas en los bolsillos de ejecutivos de las discográficas... Como ya dije, supongo que son mis prejuicios.
Lo que no sé si os habrá pasado alguna vez (supongo que sí, no seamos egocéntricos) es tener unas ganas tremendas de escuchar una canción, pero no darse cuenta de cuál o de quién es. Puede llegar a ser desesperante repasar la mitad de tu archivo musical sin encontrarla.
La otra gran razón para que me guste un abanico variado de música es que tengo grandes fluctuaciones de mi estado de ánimo, no muy bruscas, pero sí va por rachas o por temporadas. En cada racha suelo escuchar música que se adapta a ella, lo que me da un rango de la canción más estúpidamente alegre al tema más triste...
Rangos, rangos y más rangos. ¿Por qué todo el mundo se empeña en que tengamos un lo-que-sea favorito? No puedo citar mi comida preferida, ni mi grupo, ni mi canción, ni bebida, y a duras penas puedo decidirme por mi persona preferida. Para mí todo son conjuntos, grupos, y si pudiera decantarme por un elemento de un conjunto, sería sólo en función del momento en el que me encuentre.
Como esto ya se va extendiendo de más y cada vez me voy más por las ramas, va siendo hora de cortar la columna. Queda pendiente la columna sobre música (¿o mejor no?).
Por último, anunciar que hay un voto a favor de que haga recopilatorio de mis referencias y citas. 1-0. ¿El que calla otorga? Si sólo se ha pronunciado una persona, ¿es que el resto no queréis o que no habláis? De todas formas, de momento tengo unas complejidades técnicas que me lo dificultan, pero ya caerá.
Hasta la próxima, que espero que sea un poco más ligera y menos dispersa.
Supongo que la asociación de música y recuerdos es bastante común, y que cualquiera de vosotros me dirá que no tiene nada de extraño, pero lo que ya no sé si es tan común es el que varios recuerdos que non tienen mucho que ver se combinen en uno solo. Ejemplo: hay una determinada canción que a mi me recuerda a un libro que leí, a una escena en concreto, pero con la particularidad de que uno de los personajes se funde con la imagen de una compañera de clase de hace unos años. Hay más detalles, pero no deja de ser curioso que cuándo escucho la canción me acuerde aleatoriamente de la compañera, del libro, o de tardes de primavera soleadas. Por eso creo que me gusta un espectro tan amplio de música, porque con tal de que no me moleste, puedo asociar cualquier canción con el recuerdo agradable que sea, y eso puede provocar que se me salte una sonrisa al escucharla.
A través de alguno de estos discos descubrí que me encantan algunas versiones extrañas de canciones conocidas (en directo, cantadas por otra gente, a dúo...), pero que la mayor parte de las veces que se revisa una canción se fastidia a base de bien (no sé si habréis oído una versión de "One" con Bono y No-sé-qué-tía; lamentable). Supongo que es prejuicio mío y habilidad de quién canta, pero muchas de esas versiones (en concierto, presentando a la banda, etc.) me llegan e incluso me emocionan (los que creais que no es posible, saltaos esta parte) pero en otras sólo oigo ecos de falsedad y monedas en los bolsillos de ejecutivos de las discográficas... Como ya dije, supongo que son mis prejuicios.
Lo que no sé si os habrá pasado alguna vez (supongo que sí, no seamos egocéntricos) es tener unas ganas tremendas de escuchar una canción, pero no darse cuenta de cuál o de quién es. Puede llegar a ser desesperante repasar la mitad de tu archivo musical sin encontrarla.
La otra gran razón para que me guste un abanico variado de música es que tengo grandes fluctuaciones de mi estado de ánimo, no muy bruscas, pero sí va por rachas o por temporadas. En cada racha suelo escuchar música que se adapta a ella, lo que me da un rango de la canción más estúpidamente alegre al tema más triste...
Rangos, rangos y más rangos. ¿Por qué todo el mundo se empeña en que tengamos un lo-que-sea favorito? No puedo citar mi comida preferida, ni mi grupo, ni mi canción, ni bebida, y a duras penas puedo decidirme por mi persona preferida. Para mí todo son conjuntos, grupos, y si pudiera decantarme por un elemento de un conjunto, sería sólo en función del momento en el que me encuentre.
Como esto ya se va extendiendo de más y cada vez me voy más por las ramas, va siendo hora de cortar la columna. Queda pendiente la columna sobre música (¿o mejor no?).
Por último, anunciar que hay un voto a favor de que haga recopilatorio de mis referencias y citas. 1-0. ¿El que calla otorga? Si sólo se ha pronunciado una persona, ¿es que el resto no queréis o que no habláis? De todas formas, de momento tengo unas complejidades técnicas que me lo dificultan, pero ya caerá.
Hasta la próxima, que espero que sea un poco más ligera y menos dispersa.
viernes, febrero 17, 2006
Hambre, galletas, grajos y fanáticos.
Hace un rato se me ha despertado la necesidad de volver a oír música de "Los Rodríguez". A quién no los conozca (hay gente para todo), no se los voy a descubrir yo. Si tiene curiosidad, que use el interné para algo que no sea el vicio, en su vertiente más lujuriosa. Supongo que el listo del fondo (que nunca se calla el jodío) está a punto de sugerir que ponga el eMule a echar humo, pero no, ni me apetece ni es necesario. Rebuscando un poco por mi habitación, he encontrado parte de la discografía que compré religiosamente en el Carrefour el primer año de carrera (¿o era aún Continente?).
A algún lector se le deben haber enganchado dos neuronas que hacía tiempo que no colaboraban: "¿Comprar... música? Pero el eMule y las tostadoras...". Procedo a las aclaraciones. En primer lugar, aquella debió ser casi la última ocasión en la que compré música. Me gustaría comprar más música, pero no está el Horno para andar pagándole caprichos a estrellas de la música, no a golpe de 15 euros o más la participación. Os podéis ahorrar la historia de que es lo que cuestan 2 copas. No tengo empacho en pagar una entrada de cine (por favor, no me habléis de screeners si no queréis que me ponga en modo basilisco), porque considero justo, o al menos aceptable el precio por los servicios, pero los CDs no, ya que yo suelo escuchar música como quién oye la radio. Escucho música, pero poca me planteo tenerla en mi "CDteca".
Entonces alguno se preguntará cómo demonios se me dio por hacer el gasto en aquella época. Sencillo, estaban a 500 pelas, a tres euros de vellón, y aunque fuera hasta cinco me los dejaría por un buen disco, pero más de tres es vicio y más de cinco te quedas ciego...
Volviendo al tema que nos ocupa, estaba yo con la vena melancólica con el tema de escuchar CDs (CDs!!!!) cuando me di cuenta de que en un alarde de genialidad, la última vez que hurgué en las tripas del cacharro me dejé sin enchufar la alimentación del CD, y se ve que con el CD desnutrido no hay forma de que abra la boquita para comerse una galleta, así que ajo y agua...
Según leáis esto ya estará todo solucionado, pero ya son ganas de joder aquí mi reproductor anoréxico. Y todo ello por rememorar versos de algunas de mis canciones preferidas.
Sé que al comentar parte de mis gustos musicales en antena me estoy jugando el exponerme a que alguno de mis lectores me adoctrine sobre la religión única y verdadera, pero de momento me trae al pairo, como decimos por aquí, principalmente porque sé donde vivís muchos de vosotros. Porque esto del adoctrinamiento da para temas largos, incluso para sagas de temas. Siempre hay alguien en tu vida (normalmente más de una persona) que cree que su divina misión, en lugar de reventar infieles para que los recompensen con un puñado de vírgenes es abrirte los ojos para que pases a usar la misma marca de gayumbos que él, porque es más cool o te los sujeta mejor... Lo jodido no es el especimen que te comenta que no tendrías el mismo picor de huevos si usases la misma marca que él, con un poco de ironía y salero, sino el que procede a leerte las especificaciones técnicas de la marca en cuestión, comentando las cualidades aerodinámicas del modelo-nuevo-que-te-cagas.
Lo peor de esta gentucilla tan concienciada es cuando los sorprendes pidiendo a una autoridad mayor (normalmente figura que citan como fuente de que tus gayumbos son un asco, no de que los suyos sean buenos), si tienen la suerte de tropezársela, que les dé su bendición para usar sus gayumbos-ultra-chupis-de-la-muerte. Es impagable verlos con cara de fervorosa ilusión esperando el "puedes ir en paz" y ver que lo más parecido que recibe es una hostia bastante poco consagrada en la persona de "Pues no, yo voy en plan comando que es lo que mola. Los gayumbos son todos opresores, sean lo chachis que sean". Presenciando alguna de éstas pensé que se me había adelantado la senilidad y que me meaba encima.
Así que ya sabéis. Cuando veáis venir a un sano muchachote con sonrisa en ristre y ojos inyectados en sangre de puro fanático, tararead mentalmente vuestra canción preferida (así sea incluso de OT) y desconectad, hasta que os suelte un "¿A que sí?" y os mire como perro esperando galleta. Lo peor ya habrá pasado. Dejo a vuestra bondad y voluntad el darle una gran hostia-comando para que se le caigan los mitos (pero corréis el riesgo de que redoble esfuerzos para convertiros) o decirle "Sí, claro, por supuesto" y pasar a otra cosa. Criaturitas, se les hace felices con tan poca cosa...
Hala, sed felices y cobijaos de la lluvia, que a juzgar por la que cae, los grajos perfeccionaron el arte del vuelo rasante.
Nos vemos.
A algún lector se le deben haber enganchado dos neuronas que hacía tiempo que no colaboraban: "¿Comprar... música? Pero el eMule y las tostadoras...". Procedo a las aclaraciones. En primer lugar, aquella debió ser casi la última ocasión en la que compré música. Me gustaría comprar más música, pero no está el Horno para andar pagándole caprichos a estrellas de la música, no a golpe de 15 euros o más la participación. Os podéis ahorrar la historia de que es lo que cuestan 2 copas. No tengo empacho en pagar una entrada de cine (por favor, no me habléis de screeners si no queréis que me ponga en modo basilisco), porque considero justo, o al menos aceptable el precio por los servicios, pero los CDs no, ya que yo suelo escuchar música como quién oye la radio. Escucho música, pero poca me planteo tenerla en mi "CDteca".
Entonces alguno se preguntará cómo demonios se me dio por hacer el gasto en aquella época. Sencillo, estaban a 500 pelas, a tres euros de vellón, y aunque fuera hasta cinco me los dejaría por un buen disco, pero más de tres es vicio y más de cinco te quedas ciego...
Volviendo al tema que nos ocupa, estaba yo con la vena melancólica con el tema de escuchar CDs (CDs!!!!) cuando me di cuenta de que en un alarde de genialidad, la última vez que hurgué en las tripas del cacharro me dejé sin enchufar la alimentación del CD, y se ve que con el CD desnutrido no hay forma de que abra la boquita para comerse una galleta, así que ajo y agua...
Según leáis esto ya estará todo solucionado, pero ya son ganas de joder aquí mi reproductor anoréxico. Y todo ello por rememorar versos de algunas de mis canciones preferidas.
Sé que al comentar parte de mis gustos musicales en antena me estoy jugando el exponerme a que alguno de mis lectores me adoctrine sobre la religión única y verdadera, pero de momento me trae al pairo, como decimos por aquí, principalmente porque sé donde vivís muchos de vosotros. Porque esto del adoctrinamiento da para temas largos, incluso para sagas de temas. Siempre hay alguien en tu vida (normalmente más de una persona) que cree que su divina misión, en lugar de reventar infieles para que los recompensen con un puñado de vírgenes es abrirte los ojos para que pases a usar la misma marca de gayumbos que él, porque es más cool o te los sujeta mejor... Lo jodido no es el especimen que te comenta que no tendrías el mismo picor de huevos si usases la misma marca que él, con un poco de ironía y salero, sino el que procede a leerte las especificaciones técnicas de la marca en cuestión, comentando las cualidades aerodinámicas del modelo-nuevo-que-te-cagas.
Lo peor de esta gentucilla tan concienciada es cuando los sorprendes pidiendo a una autoridad mayor (normalmente figura que citan como fuente de que tus gayumbos son un asco, no de que los suyos sean buenos), si tienen la suerte de tropezársela, que les dé su bendición para usar sus gayumbos-ultra-chupis-de-la-muerte. Es impagable verlos con cara de fervorosa ilusión esperando el "puedes ir en paz" y ver que lo más parecido que recibe es una hostia bastante poco consagrada en la persona de "Pues no, yo voy en plan comando que es lo que mola. Los gayumbos son todos opresores, sean lo chachis que sean". Presenciando alguna de éstas pensé que se me había adelantado la senilidad y que me meaba encima.
Así que ya sabéis. Cuando veáis venir a un sano muchachote con sonrisa en ristre y ojos inyectados en sangre de puro fanático, tararead mentalmente vuestra canción preferida (así sea incluso de OT) y desconectad, hasta que os suelte un "¿A que sí?" y os mire como perro esperando galleta. Lo peor ya habrá pasado. Dejo a vuestra bondad y voluntad el darle una gran hostia-comando para que se le caigan los mitos (pero corréis el riesgo de que redoble esfuerzos para convertiros) o decirle "Sí, claro, por supuesto" y pasar a otra cosa. Criaturitas, se les hace felices con tan poca cosa...
Hala, sed felices y cobijaos de la lluvia, que a juzgar por la que cae, los grajos perfeccionaron el arte del vuelo rasante.
Nos vemos.
miércoles, febrero 15, 2006
Explosiones a raudales
Antes que nada, parece que por fin me voy acercando a que esto tenga la apariencia que yo quiero (así sea valiéndome de los trucos más traperos).
Pasando a cosas más interesantes (reprimid esas carcajadas), finalmente he ido al cine. He ido a ver Underworld Evolution por varias razones, siendo la principal que ya había quedado y que en el cine que me queda a mano no les dio por estrenar Good night and good luck.
Podéis respirar tranquilos porque no pienso destripar nada de la película (aborrezco que me lo hagan a mí), pero sí la voy a usar de excusa para despotricar un poco contra el cine de secuelas, si me permitís la expresión.
Uno de los principales problemas que tienen las secuelas es el síndrome Dragon Ball (buena definición de GonzoTBA), según el cuál el malo es cada vez más ridículamente poderoso, lo que provoca que las formas de derrotarlo sean cada vez más patilleras y absurdas. Esto en Hollywood se podría traducir por síndrome de la explosión más grande, es decir, ante la falta de imaginación para dar con tramas interesantes, se limitan a poner explosiones más grandes, malos más malos y demás bisutería visual que no aporta nada al argumento de la película, y que extrañamente (sí, aún me extraño de estas cosas), suele conseguir su objetivo... Supongo que todos nos hemos encontrado con el comentario Persona A:"¡Qué bodrio!" Persona B: "¡Pero qué dices! ¿Tú viste qué pedazo de explosión?" (sustituid explosión por vuestro efecto especial preferido).
Como se suele decir, ¿qué tendrá que ver la velocidad con el tocino?. Jurassic Park II y III son dos de las peores pelis que he visto (al menos en cine) y también se podrían contar entre las que tienen los mejores efectos especiales (al menos en su momento lo eran). Pero esto es sólo otro típico ejemplo de discusión que tengo que abandonar antes de convertirme en asesino múltiple (no intentéis discutir con estos sujetos de ritmo narrativo, calidad del guión o de la interpretación, es perjudicial para vuestra salud). Tampoco faltan los elementos pedantes, que cuánto más ininteligible o sosa, aburrida y cutre en general sea una peli, más la alaban, pero hoy sólo va la cosa de superproducciones, dejaremos los "abortos del arte" para otro momento.
Mi teoría personal sobre la-explosión-más-gorda es que la culpa es de los productores o productores ejecutivos (nunca los he distinguido bien ni me importa un carajo), vamos de los tiburones que tienen la pasta, que aplican lo que en informática llamamos un algoritmo voraz a su forma de hacer pelis. El proceso suele comenzar con una peli inesperadamente exitosa, normalmente por su frescura como valor principal. Casi puedo verlos en un despacho enorme diciendo "Tenemos que hacer Peli 2: el retorno", "Sí, pero más..." y aquí es dónde empezamos a cagarla. Generalmente la peli de marras habrá dejado una huella, una seña de identidad (efectos especiales, humor de los protagonistas, canciones..., lo que sea), así que ni cortos ni perezosos, estos linces deciden hacer la segunda parte con el doble de ración de ese elemento. No es sólo que aburra, sino que aún por encima suele ser un triste sucedáneo de lo que tenía la primera peli.
Un ejemplo claro son las pelis Cube e Cube 2: Hypercube. No me pienso meter a explicar de que van, sólo comentar la opinión de un amigo sobre la segunda parte: "Es como si alguien que vio la primera parte no hubiese entendido nada y le hubiesen dado un montón de pasta para volver a hacerla".
No hablemos ya del momento en el que deciden dejar de lado el detalle que hacía esa peli tan especial. A riesgo de que algún frikinauta enfurecido me haga un ataque kamikaze por hereje, voy a hablar de Matrix. No considero esa película tan buena como se suele decir por ahí, pero tenía detalles que marcaron un punto de inflexión en el cine de acción (para bien o para mal) y que hicieron que saliera del cine con la sensación de dinero bien invertido. Uno de esos detalles era, a mi modo de ver, la forma de usar las armas, el soltar toneladas de plomo para simplemente cambiar de arma (recargar es de pobres), por no hablar de la "cultura del miedo" que se traen con los agentes (me parece muy conseguida la huida de Neo hacia el final de la película).
Pues no se les ocurre otra cosa en la secuela que pasar olímpicamente de las armas. Vale que Neo es dios-del-universo, pero ¿qué pasa con los demás? Sólo Trinity sigue usando las armas de fuego, para el resto, las artes marciales son lo más. Y lo de los agentes, vale que Neo se los pase por el forro, pero es que ahora a cualquiera que se encuentra con uno le da por ponerse a intercambiar mamporros, y con esperanzas de victoria... Por no hablar de que eres Neo, hiperpoderoso, y te peleas con los agentes a piña limpia para pulir tu técnica del mono borracho, en lugar de desintegrarlos, zurrarles con lo más grande que haya a mano o echarles un escupitajo de ácido (lo que se puede hacer con superpoderes ilimitados y un poco de imaginación).
Eso hace que uno se acojone ante la idea de una secuela y se encuentre en un dilema ante la idea de ir a ver una secuela o no, que ya acaba uno con una doble personalidad gollumiana.
Como esto se me va alargando, dejo pendiente para otro día el repaso a las "obras de arte".
Y vosotros ¿cuándo ha sido la última vez que os habéis arrepentido de ir al cine?
Compartid vuestra sabiduría, que lo poco bien repartido da para mucho.
Nos vemos.
Pasando a cosas más interesantes (reprimid esas carcajadas), finalmente he ido al cine. He ido a ver Underworld Evolution por varias razones, siendo la principal que ya había quedado y que en el cine que me queda a mano no les dio por estrenar Good night and good luck.
Podéis respirar tranquilos porque no pienso destripar nada de la película (aborrezco que me lo hagan a mí), pero sí la voy a usar de excusa para despotricar un poco contra el cine de secuelas, si me permitís la expresión.
Uno de los principales problemas que tienen las secuelas es el síndrome Dragon Ball (buena definición de GonzoTBA), según el cuál el malo es cada vez más ridículamente poderoso, lo que provoca que las formas de derrotarlo sean cada vez más patilleras y absurdas. Esto en Hollywood se podría traducir por síndrome de la explosión más grande, es decir, ante la falta de imaginación para dar con tramas interesantes, se limitan a poner explosiones más grandes, malos más malos y demás bisutería visual que no aporta nada al argumento de la película, y que extrañamente (sí, aún me extraño de estas cosas), suele conseguir su objetivo... Supongo que todos nos hemos encontrado con el comentario Persona A:"¡Qué bodrio!" Persona B: "¡Pero qué dices! ¿Tú viste qué pedazo de explosión?" (sustituid explosión por vuestro efecto especial preferido).
Como se suele decir, ¿qué tendrá que ver la velocidad con el tocino?. Jurassic Park II y III son dos de las peores pelis que he visto (al menos en cine) y también se podrían contar entre las que tienen los mejores efectos especiales (al menos en su momento lo eran). Pero esto es sólo otro típico ejemplo de discusión que tengo que abandonar antes de convertirme en asesino múltiple (no intentéis discutir con estos sujetos de ritmo narrativo, calidad del guión o de la interpretación, es perjudicial para vuestra salud). Tampoco faltan los elementos pedantes, que cuánto más ininteligible o sosa, aburrida y cutre en general sea una peli, más la alaban, pero hoy sólo va la cosa de superproducciones, dejaremos los "abortos del arte" para otro momento.
Mi teoría personal sobre la-explosión-más-gorda es que la culpa es de los productores o productores ejecutivos (nunca los he distinguido bien ni me importa un carajo), vamos de los tiburones que tienen la pasta, que aplican lo que en informática llamamos un algoritmo voraz a su forma de hacer pelis. El proceso suele comenzar con una peli inesperadamente exitosa, normalmente por su frescura como valor principal. Casi puedo verlos en un despacho enorme diciendo "Tenemos que hacer Peli 2: el retorno", "Sí, pero más..." y aquí es dónde empezamos a cagarla. Generalmente la peli de marras habrá dejado una huella, una seña de identidad (efectos especiales, humor de los protagonistas, canciones..., lo que sea), así que ni cortos ni perezosos, estos linces deciden hacer la segunda parte con el doble de ración de ese elemento. No es sólo que aburra, sino que aún por encima suele ser un triste sucedáneo de lo que tenía la primera peli.
Un ejemplo claro son las pelis Cube e Cube 2: Hypercube. No me pienso meter a explicar de que van, sólo comentar la opinión de un amigo sobre la segunda parte: "Es como si alguien que vio la primera parte no hubiese entendido nada y le hubiesen dado un montón de pasta para volver a hacerla".
No hablemos ya del momento en el que deciden dejar de lado el detalle que hacía esa peli tan especial. A riesgo de que algún frikinauta enfurecido me haga un ataque kamikaze por hereje, voy a hablar de Matrix. No considero esa película tan buena como se suele decir por ahí, pero tenía detalles que marcaron un punto de inflexión en el cine de acción (para bien o para mal) y que hicieron que saliera del cine con la sensación de dinero bien invertido. Uno de esos detalles era, a mi modo de ver, la forma de usar las armas, el soltar toneladas de plomo para simplemente cambiar de arma (recargar es de pobres), por no hablar de la "cultura del miedo" que se traen con los agentes (me parece muy conseguida la huida de Neo hacia el final de la película).
Pues no se les ocurre otra cosa en la secuela que pasar olímpicamente de las armas. Vale que Neo es dios-del-universo, pero ¿qué pasa con los demás? Sólo Trinity sigue usando las armas de fuego, para el resto, las artes marciales son lo más. Y lo de los agentes, vale que Neo se los pase por el forro, pero es que ahora a cualquiera que se encuentra con uno le da por ponerse a intercambiar mamporros, y con esperanzas de victoria... Por no hablar de que eres Neo, hiperpoderoso, y te peleas con los agentes a piña limpia para pulir tu técnica del mono borracho, en lugar de desintegrarlos, zurrarles con lo más grande que haya a mano o echarles un escupitajo de ácido (lo que se puede hacer con superpoderes ilimitados y un poco de imaginación).
Eso hace que uno se acojone ante la idea de una secuela y se encuentre en un dilema ante la idea de ir a ver una secuela o no, que ya acaba uno con una doble personalidad gollumiana.
Como esto se me va alargando, dejo pendiente para otro día el repaso a las "obras de arte".
Y vosotros ¿cuándo ha sido la última vez que os habéis arrepentido de ir al cine?
Compartid vuestra sabiduría, que lo poco bien repartido da para mucho.
Nos vemos.
lunes, febrero 13, 2006
Ración de despropósitos
Hoy voy a ceñirme a mi declaración de principios. De motivos egoístas iba la cosa y no se me ocurre ninguno mejor que el que tenga la cabeza hecha un bombo y me apetezca rayarle a alguien (gracias de nuevo, queridos lectores).
Creo que esta es la primera vez que empiezo a escribir sin tener ni puñetera idea de lo que quiero hablar (ni siquiera si quiero hablar de algo), así que como experimento literario puede que sea interesante.
En lo tocante a bombos, platillos y cabezas, la cosa viene propiciada por un fin de semana de descanso, es decir, jornadas maratonianas delante de la pantalla del cacharro haciendo instalaciones y limpiezas varias. Creo que ya me he quedado harto para una temporadita.
El caso es que después de bajar a la compra y notar aire fresco en la cara y unas risas con mi gata preferida, la empanada mental comienza a remitir, con la inestimable colaboración de algo de música optimista. (¡¡Por fin tira de nuevo el amaroK!!).
Centrándonos un poco más, creo que hay alguien a quién le debo aclarar que esto es un blog y no "telechocapic" (sigue pidiendo y un día me tienes a la puerta de tu casa con una tonelada :P).
En días cómo hoy me pregunto si alguna vez algún mecánico, por ejemplo, habrá tenido algún día en el que no sea capaz de cambiar una rueda, porque así es como me sentía hace un rato. Toda una tarde cascando la cabeza contra una pantalla para solucionarlo todo al final con cuatro malditos clics... Y yo voy para (o casi soy) informático... Así que, estimado amigo, querida amiga (no me sale la voz de locutora radiofónica de madrugada), si alguna vez has sentido que eras el más tonto de tu edad, aquí tienes el micro abierto, y una reducida pero selecta (y espero que creciente) audiencia. Comparte tus experiencias con nosotros...
Superado el momento Cristina Tárrega, podemos centrarnos en cosas más serias (aunque no las haya). No sé cuántos de vosotros me lo creerían, pero siempre encuentro alguna interesante disertación filosófica en mi cabeza con la que llenar un par de páginas al menos, con la única condición de que no haya ningún medio en el que dejarlo registrado para la posteridad, ni siquiera forma humana de recordar sobre qué trataban, así que ya os podéis ir mordiendo las uñas, rasgándoos la camisa y dando cabezazos en el muro de las lamentaciones ante la cantidad de cuestiones fundamentales de la vida que están dejando de iluminaros por culpa de mi patentada memoria-guadiana.
Hablando de ríos y otras masas de agua, el cuerpo (y sobre todo el coco) me van pidiendo una ducha como agua de mayo, así que supongo que tendré que arrastrar los pies hasta mi cabina-baño y ver si un poco de agua templada me saca del efecto Rain-man (me da que no me iba a valer para emular a los Pelayos por los casinos, así que tampoco pierdo gran cosa).
Si mis neuronas deciden volver a ensamblarse y funcionar de forma mínimamente aceptable (o al menos, como lo hacían hasta ayer), postearé algo en breve que sea coherente. Y si los astros se alinean, puede que hasta sea interesante. (Frase que me acaba de cruzar la mente [y frikada del día] "[...] if it compiles it is good; if it runs, it is perfect...". Los que no sepan de qué coño hablo me lo sabrán perdonar y, si hay clamor popular, me veré en la obligación de explicarlo). Al hilo de esto último, estaba considerando la idea de hacer una sección donde explicar referencias y frikadas que pueda poner por aquí por si el público se pierde (vastos son mis conocimientos y misteriosos los caminos de mi neurona). Si os pronunciáis a favor y logro
Como ya veo que lleváis las orejas calientes, me despido antes de que me "calentéis" a mí los riñones.
Que cada uno elija su saludo/despedida preferido.
Creo que esta es la primera vez que empiezo a escribir sin tener ni puñetera idea de lo que quiero hablar (ni siquiera si quiero hablar de algo), así que como experimento literario puede que sea interesante.
En lo tocante a bombos, platillos y cabezas, la cosa viene propiciada por un fin de semana de descanso, es decir, jornadas maratonianas delante de la pantalla del cacharro haciendo instalaciones y limpiezas varias. Creo que ya me he quedado harto para una temporadita.
El caso es que después de bajar a la compra y notar aire fresco en la cara y unas risas con mi gata preferida, la empanada mental comienza a remitir, con la inestimable colaboración de algo de música optimista. (¡¡Por fin tira de nuevo el amaroK!!).
Centrándonos un poco más, creo que hay alguien a quién le debo aclarar que esto es un blog y no "telechocapic" (sigue pidiendo y un día me tienes a la puerta de tu casa con una tonelada :P).
En días cómo hoy me pregunto si alguna vez algún mecánico, por ejemplo, habrá tenido algún día en el que no sea capaz de cambiar una rueda, porque así es como me sentía hace un rato. Toda una tarde cascando la cabeza contra una pantalla para solucionarlo todo al final con cuatro malditos clics... Y yo voy para (o casi soy) informático... Así que, estimado amigo, querida amiga (no me sale la voz de locutora radiofónica de madrugada), si alguna vez has sentido que eras el más tonto de tu edad, aquí tienes el micro abierto, y una reducida pero selecta (y espero que creciente) audiencia. Comparte tus experiencias con nosotros...
Superado el momento Cristina Tárrega, podemos centrarnos en cosas más serias (aunque no las haya). No sé cuántos de vosotros me lo creerían, pero siempre encuentro alguna interesante disertación filosófica en mi cabeza con la que llenar un par de páginas al menos, con la única condición de que no haya ningún medio en el que dejarlo registrado para la posteridad, ni siquiera forma humana de recordar sobre qué trataban, así que ya os podéis ir mordiendo las uñas, rasgándoos la camisa y dando cabezazos en el muro de las lamentaciones ante la cantidad de cuestiones fundamentales de la vida que están dejando de iluminaros por culpa de mi patentada memoria-guadiana.
Hablando de ríos y otras masas de agua, el cuerpo (y sobre todo el coco) me van pidiendo una ducha como agua de mayo, así que supongo que tendré que arrastrar los pies hasta mi cabina-baño y ver si un poco de agua templada me saca del efecto Rain-man (me da que no me iba a valer para emular a los Pelayos por los casinos, así que tampoco pierdo gran cosa).
Si mis neuronas deciden volver a ensamblarse y funcionar de forma mínimamente aceptable (o al menos, como lo hacían hasta ayer), postearé algo en breve que sea coherente. Y si los astros se alinean, puede que hasta sea interesante. (Frase que me acaba de cruzar la mente [y frikada del día] "[...] if it compiles it is good; if it runs, it is perfect...". Los que no sepan de qué coño hablo me lo sabrán perdonar y, si hay clamor popular, me veré en la obligación de explicarlo). Al hilo de esto último, estaba considerando la idea de hacer una sección donde explicar referencias y frikadas que pueda poner por aquí por si el público se pierde (vastos son mis conocimientos y misteriosos los caminos de mi neurona). Si os pronunciáis a favor y logro
- Dominar como se hacen las cosas en el blogger este o
- Mudarme a un sitio más flexible (y NO va a ser spaces msn).
Como ya veo que lleváis las orejas calientes, me despido antes de que me "calentéis" a mí los riñones.
Que cada uno elija su saludo/despedida preferido.
sábado, febrero 11, 2006
Si Sansón tuviese que pasar por caja
Supongo que todos conocéis esas promociones que salen en las películas del estilo de "¡¡¡¡Enhorabuena!!!! ¡Es usted nuestro cliente un millón!", y entonces al tipo le regalan un viaje, la compra gratis o un globito, que siempre queda bien. Todo eso mola mucho, y tal, pero... ¿alguna vez os habéis preguntado cómo se sienten el 999.999 y el 1.000.001 cuando lo oyen? Seguro que se les queda cara de gilipollas o de ahí pa arriba, pensando "¡Mierda!, si llego a pararme a pillar los tomates..." o "¡Perra suerte! Si no se me hubiera colado la vieja en la carnicería...". Pues eso mismo, pero en plan cutre-que-te-cagas me pasó a mí ayer, aunque no por cutre jode menos.
Ayer me pegó por ir a cortarme el pelo. Aunque me cae a desmano, me gusta ir a esa peluquería por varios motivos:
Ya sé que no es mucha pasta, y tampoco llegó a aguarme la fiesta, pero me quedé con el cuerpo cambiado con el cliente 1.000.001: "¿Por qué coño no vendría ayer en lugar de estar toda la tarde rascándomela?". Vale, no será mucha pasta, pero es más del 50% de diferencia, y aún por encima te quedas con la cara de gilipollas más auténtica que te puedas encontrar.
En fin, lección aprendida. La próxima vez que me vaya a cortar el pelo, consultaré el calendario, mi horóscopo, las fases lunares, los huesos y las runas y, además, puede que pregunte al entrar. Me ahorraré sorpresas.
Por último, reseñar, por si no os habéis dado cuenta, que la sección de comentarios ha sido oficialmente desvirgada, por lo que toca repartir el primer chocapic en la historia de este blog, y la ganadora es... ¡¡¡Noe!!! Hala, no sé a qué esperáis para daros una vuelta por su blog en premio, que está de lo más interesante (ver sección de links).
Para ir poniéndoos los dientes largos, os diré que he logrado domar el tigre con éxito, y puede que incluso os lo cuente en un próximo post, aunque temo ponerme demasiado técnico...
Hala, pasáoslo bien y no seáis demasiado buenos.
Ayer me pegó por ir a cortarme el pelo. Aunque me cae a desmano, me gusta ir a esa peluquería por varios motivos:
- Es todo personal femenino. Alguno pensará que esto no importa mucho, pero personalmente no soporto que mi peluquero (el otro al que voy cuando no estoy en la ciudad) discuta sobre fútbol airadamente mientras mira hacia su interlocutor y sigue pegando tijeretazos peligrosamente cerca de mi cabeza (a veces temo por mis orejas). En lugar de eso, estas amables peluqueras son todo amabilidad y sonrisas, y los que me conocen saben que tengo debilidad por las sonrisas femeninas...
- Me lavan la cabeza antes y después de cortar el pelo. Por si alguno de vosotros no ha probado, os diré que es una gozada el masajillo que pueden dar unas manos expertas mientras te enjabonan y te aclaran. Siempre salgo de allí de buen humor.
- Cortan el pelo razonablemente bien, es decir, deciden dejar las escaleras para los albañiles, lo que para mí es como si me dejasen como al Beckham, o mejor.
- Y por último y más importante, todo ello por el módico precio de 5.90 €.
Ya sé que no es mucha pasta, y tampoco llegó a aguarme la fiesta, pero me quedé con el cuerpo cambiado con el cliente 1.000.001: "¿Por qué coño no vendría ayer en lugar de estar toda la tarde rascándomela?". Vale, no será mucha pasta, pero es más del 50% de diferencia, y aún por encima te quedas con la cara de gilipollas más auténtica que te puedas encontrar.
En fin, lección aprendida. La próxima vez que me vaya a cortar el pelo, consultaré el calendario, mi horóscopo, las fases lunares, los huesos y las runas y, además, puede que pregunte al entrar. Me ahorraré sorpresas.
Por último, reseñar, por si no os habéis dado cuenta, que la sección de comentarios ha sido oficialmente desvirgada, por lo que toca repartir el primer chocapic en la historia de este blog, y la ganadora es... ¡¡¡Noe!!! Hala, no sé a qué esperáis para daros una vuelta por su blog en premio, que está de lo más interesante (ver sección de links).
Para ir poniéndoos los dientes largos, os diré que he logrado domar el tigre con éxito, y puede que incluso os lo cuente en un próximo post, aunque temo ponerme demasiado técnico...
Hala, pasáoslo bien y no seáis demasiado buenos.
jueves, febrero 09, 2006
Libertad condicional
O lo que es lo mismo, he terminado los exámenes de febrero. Al menos técnicamente, porque me acabo de enterar que tengo un parcial el día 24, o sea que un par de días de descanso y al tajo de nuevo...
Pero como alguien dijo una vez "...eso es mañana y hoy es hoy...", así que durante los dos próximos días, tal vez más, que reconozco que soy débil, me dedicaré a la enmienda de las secuelas físicas y psicológicas de la temporada de exámenes.
Tengo pendientes unas cuantas cosas, como acabar de domar el puñetero tigre de una vez y tunear un poco la play, así que pasatiempos no me van a faltar. Por otra parte, me ha llovido una posible actuación como servicio técnico, y como buen pringao (digo, informático, en qué estaría pensando) lo haré si se precisa. Supongo que cuando me decida a cobrar favores, me caerá el plano de una casa gratis, pa empezar (Soyal, no te mosquees si lees esto, que el fuego de dragón me es indigesto :P).
Proyectos, proyectos y más proyectos... Trastear con la wifi y ponerla a tirar (mi gran tarjeta parece tener problemas en atravesar los forjados), hacer de profe de redes (que sepas que me lo cobraré en chocolate ;) ), dormir, que ya me va haciendo falta una ración de unas 10 horas y, si el aburrimiento hace mella en mí, ordenar mi leonera-nido y empollar diversas materias desagradables para mi próxima entrega... Pero dejemos de hablar de trabajo.
Tengo intención de ir al menos una vez al cine en la próxima semana (no dejan de acumulárseme películas y las que se me pasan de largo). Me gustaría tener la opinión de mis queridos lectores (ojalá pueda usar el plural) sobre que peli ir a ver, y como no sé poner encuestas en este trasto (o si se puede) de momento lo haremos por el método pedestre de comentarios. ¿Cuál o cuáles de las siguientes pelis debería ir a ver?¿Cuáles no?¿Por qué? No os cortéis:
Underworld Evolution. Sí, es una puñetera peli de acción. Al que no le guste, pa casa. De todas formas, si la habéis visto y os apetece rajar sin destripar el final, bienvenida sea vuestra opinión.
Memorias de una geisha. Personalmente me parece carne de DVD (en el mejor de los casos), ya que me da la sensación (y repito sensación, no he visto una mierda de la peli) de que se desaprovecha a las magníficas protagonistas que tiene (si alguna vez me hiciese de un club de fans, Michelle Yeoh está de las primeras en mi lista) y al estupendo protagonisto (para enmarcar el fragmento de "El último samurai" en el que hace teatro y los caretos que pone; ¡qué coño! el tío está que se sale en toda la peli, casi compensa al Thom Cruz [va por ti, Candimaru]).
Brokeback mountain. Esta peli me mete curiosidad desde que oí hablar que Ang Lee andaba con el proyecto, aunque al principio pensé que sería un western, pero me está saturando tanta gente hablando de ella, así que supongo que acabará también en carne de DVD.
Crash. A pesar de que salga Sandra Bullock, la peli lleva tiempo poniéndome los dientes largos, pero como no creo que junte gente para ir a verla, me queda ir algún fin de semana que no tenga plan (si sigue en el cine) o esperar al maldito/bendito DVD.
Walk the line (En la cuerda floja). Tengo curiosidad, aunque los biopics o como se llamen me dan un poco de alergia. Joaquín Phoenix es uno de mis actores preferidos, pero como el Jonhy Cash me da igual, me da que puedo pasar sin esta peli.
Good night and good luck. Me interesa lo que habrá hecho George Clooney, habida cuenta de que me he perdido Confesiones de una mente peligrosa.
No se qué otras pelis estrenan este fin de semana, eso sí, Munich ya la he visto. La recomiendo a todo aquél que tenga interés que la vea si no tiene reparos en ver violencia explícita en determinados momentos. De todas formas, no creo que sea tan crítica con lo judíos como se dice, pero por lo menos tiene una visión tirando a neutral. Además Eric Bana me convence cada día más (aunque tendría que verlo en algún papel de malo para ver su versatilidad) y merece una mención especial Ciaran Hinds (César en la serie Roma); tiene una presencia que llena la pantalla, y así como creo que fue una gran elección para interpretar a César, creo que su papel en Munich es de lo mejorcito.
Bueno, pues eso, que os mojéis y recomendéis peli, y que seáis todo lo buenos que os apetezca. Nos veremos.
Pero como alguien dijo una vez "...eso es mañana y hoy es hoy...", así que durante los dos próximos días, tal vez más, que reconozco que soy débil, me dedicaré a la enmienda de las secuelas físicas y psicológicas de la temporada de exámenes.
Tengo pendientes unas cuantas cosas, como acabar de domar el puñetero tigre de una vez y tunear un poco la play, así que pasatiempos no me van a faltar. Por otra parte, me ha llovido una posible actuación como servicio técnico, y como buen pringao (digo, informático, en qué estaría pensando) lo haré si se precisa. Supongo que cuando me decida a cobrar favores, me caerá el plano de una casa gratis, pa empezar (Soyal, no te mosquees si lees esto, que el fuego de dragón me es indigesto :P).
Proyectos, proyectos y más proyectos... Trastear con la wifi y ponerla a tirar (mi gran tarjeta parece tener problemas en atravesar los forjados), hacer de profe de redes (que sepas que me lo cobraré en chocolate ;) ), dormir, que ya me va haciendo falta una ración de unas 10 horas y, si el aburrimiento hace mella en mí, ordenar mi leonera-nido y empollar diversas materias desagradables para mi próxima entrega... Pero dejemos de hablar de trabajo.
Tengo intención de ir al menos una vez al cine en la próxima semana (no dejan de acumulárseme películas y las que se me pasan de largo). Me gustaría tener la opinión de mis queridos lectores (ojalá pueda usar el plural) sobre que peli ir a ver, y como no sé poner encuestas en este trasto (o si se puede) de momento lo haremos por el método pedestre de comentarios. ¿Cuál o cuáles de las siguientes pelis debería ir a ver?¿Cuáles no?¿Por qué? No os cortéis:
Underworld Evolution. Sí, es una puñetera peli de acción. Al que no le guste, pa casa. De todas formas, si la habéis visto y os apetece rajar sin destripar el final, bienvenida sea vuestra opinión.
Memorias de una geisha. Personalmente me parece carne de DVD (en el mejor de los casos), ya que me da la sensación (y repito sensación, no he visto una mierda de la peli) de que se desaprovecha a las magníficas protagonistas que tiene (si alguna vez me hiciese de un club de fans, Michelle Yeoh está de las primeras en mi lista) y al estupendo protagonisto (para enmarcar el fragmento de "El último samurai" en el que hace teatro y los caretos que pone; ¡qué coño! el tío está que se sale en toda la peli, casi compensa al Thom Cruz [va por ti, Candimaru]).
Brokeback mountain. Esta peli me mete curiosidad desde que oí hablar que Ang Lee andaba con el proyecto, aunque al principio pensé que sería un western, pero me está saturando tanta gente hablando de ella, así que supongo que acabará también en carne de DVD.
Crash. A pesar de que salga Sandra Bullock, la peli lleva tiempo poniéndome los dientes largos, pero como no creo que junte gente para ir a verla, me queda ir algún fin de semana que no tenga plan (si sigue en el cine) o esperar al maldito/bendito DVD.
Walk the line (En la cuerda floja). Tengo curiosidad, aunque los biopics o como se llamen me dan un poco de alergia. Joaquín Phoenix es uno de mis actores preferidos, pero como el Jonhy Cash me da igual, me da que puedo pasar sin esta peli.
Good night and good luck. Me interesa lo que habrá hecho George Clooney, habida cuenta de que me he perdido Confesiones de una mente peligrosa.
No se qué otras pelis estrenan este fin de semana, eso sí, Munich ya la he visto. La recomiendo a todo aquél que tenga interés que la vea si no tiene reparos en ver violencia explícita en determinados momentos. De todas formas, no creo que sea tan crítica con lo judíos como se dice, pero por lo menos tiene una visión tirando a neutral. Además Eric Bana me convence cada día más (aunque tendría que verlo en algún papel de malo para ver su versatilidad) y merece una mención especial Ciaran Hinds (César en la serie Roma); tiene una presencia que llena la pantalla, y así como creo que fue una gran elección para interpretar a César, creo que su papel en Munich es de lo mejorcito.
Bueno, pues eso, que os mojéis y recomendéis peli, y que seáis todo lo buenos que os apetezca. Nos veremos.
martes, febrero 07, 2006
Viajar en taxi y otros deportes de riesgo
Últimamente me veo tomando taxis con cierta frecuencia, lo que ,aparte de golpear mi bolsillo con la furia de un experto en jet-kune-do, me ha permitido ir acumulando toda suerte de nuevas experiencias, así como rememorar viejas y vaticinar futuras.
Todo esto deriva de que el otro día, mientras iba en un taxi, éste cerró a otro conductor, que tuvo a bien mostrar su disgusto colocándose a la par del taxi en el siguiente semáforo e increpando al taxista con todos los calificativos que yo desaconsejaría si buscáis hacer amigos y consevar los dientes. El taxista, a su vez, los devolvía con un estilo tenístico que ni la Sharapova, aunque con menos gracia y salero (etcétera). En algún momento de tan interesante peloteo comenzó una interesante subasta de hostias (que si te las voy a dar; que si tu madre si que me las da; que porque llevas clientes, que si no...). Esto, si bien le daba cierta intriga a la situación (un nuevo giro argumental, que dirán los cinéfilos y/o aficionados a la novela) no dejaba de ser preocupante para mí y para mi acompañante, bien porque la voz de nuestro taxista no transmitía confianza (sonaba como si fues un poco achispao, aunque dudo que fuese cierto), bien porque me veía en un dilema si la cosa pasaba a mayores. A saber: arriesgo mis dientes defendiendo al taxista o me mantengo al margen, con dolor de conciencia y sin taxista. Cuando ya me estaba mentalizando para la opción A, hubo suerte y lo zanjaron con una ración extra de insultos, lo cual me alivió bastante pero dio origen a uno de los viajes en taxi más tensos que recuerdo (algún día tendré que hacer alguna clase de top ten o similar).
Este suceso se me quedó rondando por la cabeza y llamó mi atención sobre lo difíciles que se pueden poner las cosas cuando tu vida (o tu viaje) es confiada a manos desconocidas. Te la juegas en cada lance de la conversación porque, admitámoslo querido público, va a haber conversación. Sí o sí. Por cojones. Por los cojones del taxista.
La conversación no está tan mal cuando te toca un taxista agradable, simpático o razonablemente chalado (tirando pal lado bueno), pero demasiado a menudo se ancla en la modalidad que he bautizado "La conversación rusa". Ésta suele aparecer de forma inofensiva, como la típica conversación del tiempo. Es la fase uno, hacer que la víctima se confíe con una típica conversación de ascensor ("Hay que ver como ha refrescado", "Ya lo creo, a ver si acaba el invierno"). Entramos luego en la fase dos, o fase crítica, en la que se nos presenta un conjunto de opciones en el que sabemos de antemano que hay algunas con las que te juegas la vida; el problema es que no sabes con cuáles ("¿Qué te parece lo del Dépor?","Hay que joderse con el Madrid este año..."). Si habéis llegado a este punto, sabed que estáis bien jodidos.
No es que no se pueda salir del brete, pero suele requerir unas dosis de habilidad, oportunidad y suerte fuera de lo común, amén de un cierto conocimiento de la situación. Seguro que todos conocéis la típica pregunta trampa made in novias: "Cariño, ¿estoy gorda?". No me extenderé en el tema, porque está muy bien tratado en un capítulo de Friends, pero sólo los reflejos pueden salvarte en este caso (practicad ante el espejo, debéis ser capaces de soltar un "No" convincente con un tiempo de respuesta inferior a medio segundo).
En realidad, y sacando el tema de las novias, esto se parece más a una conversación/cena/acontecimiento con los suegros, porque además de la rapidez, tienes que elegir una opción. Situación:
Cenas con los padres de la chica (Dios y no yo sabrá por qué te has metido en semejante berenjenal). Entonces, el padre va a trinchar el pollo y te pregunta, con voz de corderito y ojos de carnicero (pero carnicero de Auswichtz) "¿Qué prefieres MUSLO o PECHUGA?". Es peor que el ya clásico "¿Qué intenciones tienes para con mi hija?". Salir airoso depende de la inspiración del momento, pero más te vale que ésta se concrete en algo del estilo de "Soy vegetariano", porque si no el trinchado puedes acabar siendo tú. Pero estoy divagando...
El caso con las conversaciones-trampa de los taxis es que se las ve venir por los temas que tocan, a saber: la juventud de hoy en día (hazte el sueco), política (no emitas ningún sonido inteligble) y fútbol (huye, salta del taxi en marcha). Si no puedes hacer nada de esto, Dios te pille confesao, pero las consecuencias pueden ir desde que tengas que sufrir un viaje-sermón, de adoctrinamiento sobre lo equivocada de tu posición, hasta que te planten el taxi y te pongan de patitas en la calle.
Por todo esto, sin ánimo de parecer antisocial, mis viajes preferidos son los que más se parezcan al tren: sin conversación y mirando por la ventanilla. Cualquier cosa que se aleje de aquí, por bien que pinte, puede acabar en desastre.
Y con esto os voy dejando por hoy, que ya me he extendido a conciencia. Si alguien quiere compartir sus experiencias adelante, será bien recibido (todavía hay un chocapic esperando al primer comentario :P).
Todo esto deriva de que el otro día, mientras iba en un taxi, éste cerró a otro conductor, que tuvo a bien mostrar su disgusto colocándose a la par del taxi en el siguiente semáforo e increpando al taxista con todos los calificativos que yo desaconsejaría si buscáis hacer amigos y consevar los dientes. El taxista, a su vez, los devolvía con un estilo tenístico que ni la Sharapova, aunque con menos gracia y salero (etcétera). En algún momento de tan interesante peloteo comenzó una interesante subasta de hostias (que si te las voy a dar; que si tu madre si que me las da; que porque llevas clientes, que si no...). Esto, si bien le daba cierta intriga a la situación (un nuevo giro argumental, que dirán los cinéfilos y/o aficionados a la novela) no dejaba de ser preocupante para mí y para mi acompañante, bien porque la voz de nuestro taxista no transmitía confianza (sonaba como si fues un poco achispao, aunque dudo que fuese cierto), bien porque me veía en un dilema si la cosa pasaba a mayores. A saber: arriesgo mis dientes defendiendo al taxista o me mantengo al margen, con dolor de conciencia y sin taxista. Cuando ya me estaba mentalizando para la opción A, hubo suerte y lo zanjaron con una ración extra de insultos, lo cual me alivió bastante pero dio origen a uno de los viajes en taxi más tensos que recuerdo (algún día tendré que hacer alguna clase de top ten o similar).
Este suceso se me quedó rondando por la cabeza y llamó mi atención sobre lo difíciles que se pueden poner las cosas cuando tu vida (o tu viaje) es confiada a manos desconocidas. Te la juegas en cada lance de la conversación porque, admitámoslo querido público, va a haber conversación. Sí o sí. Por cojones. Por los cojones del taxista.
La conversación no está tan mal cuando te toca un taxista agradable, simpático o razonablemente chalado (tirando pal lado bueno), pero demasiado a menudo se ancla en la modalidad que he bautizado "La conversación rusa". Ésta suele aparecer de forma inofensiva, como la típica conversación del tiempo. Es la fase uno, hacer que la víctima se confíe con una típica conversación de ascensor ("Hay que ver como ha refrescado", "Ya lo creo, a ver si acaba el invierno"). Entramos luego en la fase dos, o fase crítica, en la que se nos presenta un conjunto de opciones en el que sabemos de antemano que hay algunas con las que te juegas la vida; el problema es que no sabes con cuáles ("¿Qué te parece lo del Dépor?","Hay que joderse con el Madrid este año..."). Si habéis llegado a este punto, sabed que estáis bien jodidos.
No es que no se pueda salir del brete, pero suele requerir unas dosis de habilidad, oportunidad y suerte fuera de lo común, amén de un cierto conocimiento de la situación. Seguro que todos conocéis la típica pregunta trampa made in novias: "Cariño, ¿estoy gorda?". No me extenderé en el tema, porque está muy bien tratado en un capítulo de Friends, pero sólo los reflejos pueden salvarte en este caso (practicad ante el espejo, debéis ser capaces de soltar un "No" convincente con un tiempo de respuesta inferior a medio segundo).
En realidad, y sacando el tema de las novias, esto se parece más a una conversación/cena/acontecimiento con los suegros, porque además de la rapidez, tienes que elegir una opción. Situación:
Cenas con los padres de la chica (Dios y no yo sabrá por qué te has metido en semejante berenjenal). Entonces, el padre va a trinchar el pollo y te pregunta, con voz de corderito y ojos de carnicero (pero carnicero de Auswichtz) "¿Qué prefieres MUSLO o PECHUGA?". Es peor que el ya clásico "¿Qué intenciones tienes para con mi hija?". Salir airoso depende de la inspiración del momento, pero más te vale que ésta se concrete en algo del estilo de "Soy vegetariano", porque si no el trinchado puedes acabar siendo tú. Pero estoy divagando...
El caso con las conversaciones-trampa de los taxis es que se las ve venir por los temas que tocan, a saber: la juventud de hoy en día (hazte el sueco), política (no emitas ningún sonido inteligble) y fútbol (huye, salta del taxi en marcha). Si no puedes hacer nada de esto, Dios te pille confesao, pero las consecuencias pueden ir desde que tengas que sufrir un viaje-sermón, de adoctrinamiento sobre lo equivocada de tu posición, hasta que te planten el taxi y te pongan de patitas en la calle.
Por todo esto, sin ánimo de parecer antisocial, mis viajes preferidos son los que más se parezcan al tren: sin conversación y mirando por la ventanilla. Cualquier cosa que se aleje de aquí, por bien que pinte, puede acabar en desastre.
Y con esto os voy dejando por hoy, que ya me he extendido a conciencia. Si alguien quiere compartir sus experiencias adelante, será bien recibido (todavía hay un chocapic esperando al primer comentario :P).
sábado, febrero 04, 2006
Domando tigres y fuerzas imparables
Buffffff!!! Me siento como si me hubiese peleado durante todo el día con un tigre (técnicamente lo he hecho). Me he aventurado a trastear con MacOS en x86, y aún me estoy recuperando del susto... Al final no ha habido desgracias que lamentar (sólo un par de linuxes que han pasado a mejor vida...) pero el bebé todavía no camina...
Bueno, dejando la parte técnica, he de decir que estoy comenzando mi campaña maléfico-malosa para hacerme un poquillo de publicidad y ver si alguien lee esto (o si lo comenta). Aquellos de vosotros que seáis víctimas, lo siento, en especial un par de bloggeras a las amigas mías, que podéis conocer aquí y aquí.
Más cosas: estoy intentando cambiar un poco la pinta de la página, así que es posible que su aspecto fluctúe según experimente. Mis disculpas por adelantado.
La ida de olla del día va sobre las maletas con ruedas. Soy el (des)afortunado poseedor de una, pero como es grande, mala y poco rígida, no presenta el problema que les he descubierto hoy. Resulta que estos engendros demoníacos tienen alguna especie de amplificador interno de la inercia que provoca que comiencen a campanear con la menor irregularidad del firme, y acaban volcando con más facilidad que un coche en el Equipo A. Creo que los físicos deberían estudiar este peculiar fenómeno, pues podría ser el primer paso hacia el motor de movimiento continuo (en cuanto comienza a oscilar, la oscilación es cada vez mayor, sólo se detiene con el vuelco). Seguro que con el movimiento de mil de estas maletas se podría abastecer de energía a una ciudad, y sólo habría que tener algún operario que les diese el primer empujón...Bueno, esta me la disculpáis, que son las 3 de la mañana.
Hoy me ha sucedido otra cosa curiosa. Iba por la calle, mp3 en ristre, y me llamaron por teléfono (si, curioso no es que sea). El caso es que no me enteré hasta que llegué a casa hora y media después. Mi reflexión es la siguiente: ¿cómo de gilipollas debe parecer uno mientras va por la calle con un móvil sonándole en el bolsillo y posiblemente haciendo luces también?¿Cruzará la gente apuestas sobre cuánto tiempo tardará el imbécil de turno en coger el maldito aparato? En momentos como éste sólo puedo dar gracias de no tener el politono de moda, porque si no creo que sólo me quedaría el suicidio ritual.
Por cierto, podéis aprovechar los comentarios para contar las historias más curiosas que os hayan sucedido con un móvil o una maleta, inaugurando una sección que llamaremos "A mi también, tío...". Esforzaos y recalentad las meninges, que el más original/divertido tiene premio asegurado (un azucarillo todo para él). Ganando tres veces podéis optar al chocapic.
Y hablando de chocapic, premio extra para el que sea capaz de explicar de manera convincente como pueden ser tan malos esos anuncios (y cómo pueden confundir samurais con ninjas). ¿Alguien más le ve parecido al chaval, en el último anuncio, con Anakin Skywalker en el Episodio III? Supongo que sufro una frikitis galopante...
Bueno, hasta la próxima, ¡no olviden supervitaminarse y mineralizarse!
Bueno, dejando la parte técnica, he de decir que estoy comenzando mi campaña maléfico-malosa para hacerme un poquillo de publicidad y ver si alguien lee esto (o si lo comenta). Aquellos de vosotros que seáis víctimas, lo siento, en especial un par de bloggeras a las amigas mías, que podéis conocer aquí y aquí.
Más cosas: estoy intentando cambiar un poco la pinta de la página, así que es posible que su aspecto fluctúe según experimente. Mis disculpas por adelantado.
La ida de olla del día va sobre las maletas con ruedas. Soy el (des)afortunado poseedor de una, pero como es grande, mala y poco rígida, no presenta el problema que les he descubierto hoy. Resulta que estos engendros demoníacos tienen alguna especie de amplificador interno de la inercia que provoca que comiencen a campanear con la menor irregularidad del firme, y acaban volcando con más facilidad que un coche en el Equipo A. Creo que los físicos deberían estudiar este peculiar fenómeno, pues podría ser el primer paso hacia el motor de movimiento continuo (en cuanto comienza a oscilar, la oscilación es cada vez mayor, sólo se detiene con el vuelco). Seguro que con el movimiento de mil de estas maletas se podría abastecer de energía a una ciudad, y sólo habría que tener algún operario que les diese el primer empujón...Bueno, esta me la disculpáis, que son las 3 de la mañana.
Hoy me ha sucedido otra cosa curiosa. Iba por la calle, mp3 en ristre, y me llamaron por teléfono (si, curioso no es que sea). El caso es que no me enteré hasta que llegué a casa hora y media después. Mi reflexión es la siguiente: ¿cómo de gilipollas debe parecer uno mientras va por la calle con un móvil sonándole en el bolsillo y posiblemente haciendo luces también?¿Cruzará la gente apuestas sobre cuánto tiempo tardará el imbécil de turno en coger el maldito aparato? En momentos como éste sólo puedo dar gracias de no tener el politono de moda, porque si no creo que sólo me quedaría el suicidio ritual.
Por cierto, podéis aprovechar los comentarios para contar las historias más curiosas que os hayan sucedido con un móvil o una maleta, inaugurando una sección que llamaremos "A mi también, tío...". Esforzaos y recalentad las meninges, que el más original/divertido tiene premio asegurado (un azucarillo todo para él). Ganando tres veces podéis optar al chocapic.
Y hablando de chocapic, premio extra para el que sea capaz de explicar de manera convincente como pueden ser tan malos esos anuncios (y cómo pueden confundir samurais con ninjas). ¿Alguien más le ve parecido al chaval, en el último anuncio, con Anakin Skywalker en el Episodio III? Supongo que sufro una frikitis galopante...
Bueno, hasta la próxima, ¡no olviden supervitaminarse y mineralizarse!
miércoles, febrero 01, 2006
Ni alpha ni beta ni la madre que lo trajo
Puesto que no os podía dejar con la angustia de si estallaba la tercera guerra mundial "por culpa del gilipollas ese que se puso a jugar con los blogs", os diré que de momento la humanidad está a salvo (dentro de lo que cabe), y que finalmente todo se traducía en hacer que la máquina te guarde un respeto.
Básicamente, al publicar el post anterior, mágicamente lo ha escupido junto con el desaparecío, por lo que todo ha vuelto a la normalidad: humanos 1 - máquinas 0, ni skynet ni leches.
Después de esta saga que espero que no lea ninguno de mis futuros jefes (recordad queridos lectores que me dedico/dedicaré a esto de la informática) y recuperado el control sobre el blog (como diría el amigo He-Man "¡¡Yo tengo el poder!!") espero seguir con su desarrollo normal, sea lo que sea lo que se entiende por normal...
Me voy a descansar merecidamente tras salvar a la humanidad (chúpate esa, Capitán América).
Sed buenos y vigilad a vuestros ordenadores ;)
Básicamente, al publicar el post anterior, mágicamente lo ha escupido junto con el desaparecío, por lo que todo ha vuelto a la normalidad: humanos 1 - máquinas 0, ni skynet ni leches.
Después de esta saga que espero que no lea ninguno de mis futuros jefes (recordad queridos lectores que me dedico/dedicaré a esto de la informática) y recuperado el control sobre el blog (como diría el amigo He-Man "¡¡Yo tengo el poder!!") espero seguir con su desarrollo normal, sea lo que sea lo que se entiende por normal...
Me voy a descansar merecidamente tras salvar a la humanidad (chúpate esa, Capitán América).
Sed buenos y vigilad a vuestros ordenadores ;)
Mis queridos poltergeist
Bueno, se nota que esto está en fase alpha, porque me está haciendo tales renuncios que si estuviésemos jugando al cabrón, al chisme este se le quedaría corto el abecedario pa las letras que le iban a caer.
Me explico, el post anterior no aparece en la página principal, pero sí en el archivo de febrero, así que el objetivo de este nuevo post es lo que solemos llamar un mensaje de depuración. En cristiano, si tampoco muestra este, es que le tomó cariño a los dos primeros y no los arrea ni a pedradas o que yo no tengo ni pajolera de manejar un blog (a que va a ser esto). Lo preocupantes sería que mostrara este y no el anterior, porque eso significaría, en pocas palabras, que me toma por gilipollas y me está toreando un poquito, y todos los que hayan visto alguna película de terminator sabrán que no es bueno dejar que una máquina te putee, que luego se te pone revenía y ya tenemos tercera guerra mundial.
Puesto que me preocupa el tema y que soy un pacifista convencido (a gran escala, a escala doméstica no veo nada mal la frase "¡¡Es la hora de las tortas!!"), no puedo dejar que llegue la tercera guerra mundial, así que no me queda más remedio que dejarme las cejas hasta convencer al chisme este de que si quiere chulear a alguien, mejor que se haga proxeneta. Así que a ver que sale de todo esto...
Me explico, el post anterior no aparece en la página principal, pero sí en el archivo de febrero, así que el objetivo de este nuevo post es lo que solemos llamar un mensaje de depuración. En cristiano, si tampoco muestra este, es que le tomó cariño a los dos primeros y no los arrea ni a pedradas o que yo no tengo ni pajolera de manejar un blog (a que va a ser esto). Lo preocupantes sería que mostrara este y no el anterior, porque eso significaría, en pocas palabras, que me toma por gilipollas y me está toreando un poquito, y todos los que hayan visto alguna película de terminator sabrán que no es bueno dejar que una máquina te putee, que luego se te pone revenía y ya tenemos tercera guerra mundial.
Puesto que me preocupa el tema y que soy un pacifista convencido (a gran escala, a escala doméstica no veo nada mal la frase "¡¡Es la hora de las tortas!!"), no puedo dejar que llegue la tercera guerra mundial, así que no me queda más remedio que dejarme las cejas hasta convencer al chisme este de que si quiere chulear a alguien, mejor que se haga proxeneta. Así que a ver que sale de todo esto...
Los exámenes como generadores de ideas
A todos nos ha pasado alguna vez que , cuando ves venir los exámenes, empiezas a plantearte un montón de actividades alternativas. De repente parece el mejor momento para empezar a hacer deporte, hacer tu propio blog, dar un paseo, ir de compras, irte a casa y replantearte tu vida (gracias Ewan McGregor/Obi Wan Kenobi) y, en general, cualquier tarea que te mantenga ocupado, lejos de los temidos/odiados apuntes y con la sensación de estar haciendo algo útil ("Buff, que tarde más productiva, he ordenado toda la colección de música, he cambiado el fondo de escritorio, limpiado iconos sin usar... ¿Estudiar? Ni de coña, me merezco un descanso").
Total, que estoy atravesando esa fase (he llegado a la conclusión de que se agudiza con el asco que tengas a la asignatura y las posibilidades que veas de cascar el examen), así que supongo que el blog, durante los próximos días, pasará por un momento productivo.
En otro orden de cosas, me toca pedir disculpas porque los dos primeros posts están desordenados (al primero le tuve que meter la fecha a mano y se ve que ya no veía bien). No es grave, y espero poder llegar a corregirlo, pero de momento es un milagro que mi conocimiento de este engendro infernal me permita colgar algo legible.
Tengo por ahí unos cuantos proyectos medio plazo como enlazar otros blogs, algunas tiras cómicas, darle un aspecto un poco menos serio a esto y, la parte más divertida, hurgar en las tripas de la hoja css para ver si logro que esto tenga el formato que yo quiero...
La más urgente de mis tareas, con respecto al blog, es ... ¡Darlo a conocer! Adoptaré la táctica de rumor/leyenda urbana: lo filtraré en un par de lugares selectos y confiaré en que el subconsciente de mis víctimas lo vaya mencionando.
Adelantándome a la pregunta del listillo (que te veo venir), si este blog es egoísta (para mí, mío todo él...), ¿para qué molestarme? Sencillo: un blog no vale nada si nadie lo lee, y los comentarios siempre son interesantes (¿veis?, de nuevo egoista). Así que, amigo internauta o amiga internauto (con permiso del amigo Pérez-Reverte), si caes por estos lares y te parece entretenido, digno de leer, o tienes un amigo un poco rarito al que creas que le puede interesar, no te cortes en decirle que se pase por aquí (tampoco te cortes en tus alabanzas, que mi ego no vive del aire).
Por último, creo que va siendo hora de explicar el título. No es que no me interese la cocina (de hecho puede que sufrais crónicas de mis aventuras culinarias en estas páginas), pero el horno del que habla es sencillamente mi piso. Para todos aquellos que me conozcan, sabrán que mi casa es una auténtica caldera, lo que no está mal del todo en invierno, pero que en verano puede acabar en un caso agudo de deshidratación, o convirtiendo mi habitación en una piscina a base de litros de sudor. Para los que no sepan de que hablo, diré que se trata de un noveno piso perfectamente orientado al sur, con un gran ventanal en mi habitación y en el salón (Nota mental, tratar de freir un huevo sobre el escritorio...). Por lo tanto, si habéis llegado aquí en busca de recetas, no os desesperéis, puede que las haya, pero yo que vosotros acudiría a la página de algún profesional.
Bueno, gentecilla, de momento os dejo. A freir churros.
P.D.: Para ver si comienza a caer alguien de rebote, vamos a hacer un viejo truco, diremos la palabra "sexo", a ver si algún buscador redirecciona a algún incauto.
P.P.D: Si alguien lee esto y tiene ganas de hacer un comentario, ahí va una sugerencia: ¿Preferís que cada post sea del tamaño que le toque (es decir todo de una tacada)?¿Os molestaría si hay posts consecutivos?
En plata, ¿agrupo por tema para fragmentar posts kilométricos o tiro millas y que salga lo que dios quiera?
Total, que estoy atravesando esa fase (he llegado a la conclusión de que se agudiza con el asco que tengas a la asignatura y las posibilidades que veas de cascar el examen), así que supongo que el blog, durante los próximos días, pasará por un momento productivo.
En otro orden de cosas, me toca pedir disculpas porque los dos primeros posts están desordenados (al primero le tuve que meter la fecha a mano y se ve que ya no veía bien). No es grave, y espero poder llegar a corregirlo, pero de momento es un milagro que mi conocimiento de este engendro infernal me permita colgar algo legible.
Tengo por ahí unos cuantos proyectos medio plazo como enlazar otros blogs, algunas tiras cómicas, darle un aspecto un poco menos serio a esto y, la parte más divertida, hurgar en las tripas de la hoja css para ver si logro que esto tenga el formato que yo quiero...
La más urgente de mis tareas, con respecto al blog, es ... ¡Darlo a conocer! Adoptaré la táctica de rumor/leyenda urbana: lo filtraré en un par de lugares selectos y confiaré en que el subconsciente de mis víctimas lo vaya mencionando.
Adelantándome a la pregunta del listillo (que te veo venir), si este blog es egoísta (para mí, mío todo él...), ¿para qué molestarme? Sencillo: un blog no vale nada si nadie lo lee, y los comentarios siempre son interesantes (¿veis?, de nuevo egoista). Así que, amigo internauta o amiga internauto (con permiso del amigo Pérez-Reverte), si caes por estos lares y te parece entretenido, digno de leer, o tienes un amigo un poco rarito al que creas que le puede interesar, no te cortes en decirle que se pase por aquí (tampoco te cortes en tus alabanzas, que mi ego no vive del aire).
Por último, creo que va siendo hora de explicar el título. No es que no me interese la cocina (de hecho puede que sufrais crónicas de mis aventuras culinarias en estas páginas), pero el horno del que habla es sencillamente mi piso. Para todos aquellos que me conozcan, sabrán que mi casa es una auténtica caldera, lo que no está mal del todo en invierno, pero que en verano puede acabar en un caso agudo de deshidratación, o convirtiendo mi habitación en una piscina a base de litros de sudor. Para los que no sepan de que hablo, diré que se trata de un noveno piso perfectamente orientado al sur, con un gran ventanal en mi habitación y en el salón (Nota mental, tratar de freir un huevo sobre el escritorio...). Por lo tanto, si habéis llegado aquí en busca de recetas, no os desesperéis, puede que las haya, pero yo que vosotros acudiría a la página de algún profesional.
Bueno, gentecilla, de momento os dejo. A freir churros.
P.D.: Para ver si comienza a caer alguien de rebote, vamos a hacer un viejo truco, diremos la palabra "sexo", a ver si algún buscador redirecciona a algún incauto.
P.P.D: Si alguien lee esto y tiene ganas de hacer un comentario, ahí va una sugerencia: ¿Preferís que cada post sea del tamaño que le toque (es decir todo de una tacada)?¿Os molestaría si hay posts consecutivos?
En plata, ¿agrupo por tema para fragmentar posts kilométricos o tiro millas y que salga lo que dios quiera?
Fuego el uno
Bueno, dicen que lo peor es empezar.
Realmente creo que la primera entrada me ha quedado un poco seca, pero ya os iréis acostumbrando a mi encantador estilo literario.
Una buena pregunta en la mente de cualquier ávido lector (de ilusiones se vive) podría ser "¿Para qué #@$% quiere este tío un blog?" o "¿Qué tripa se le ha roto?". Pues he de decir, querido lector, que para nada y ninguna que yo sepa. En realidad siempre me ha picado el gusanillo de escribir (aunque fuese un triste diario) y nunca lo he puesto en práctica en condiciones, así que este es un buen sitio para hacer experimentos.
Además, estoy de exámenes, lo que siempre ha sido una motivación excelente para emprender las más variopintas actividades, como ordenar tu colección de música, limpiar la habitación, hacer una torre Eiffel con palillos... Ya iba siendo hora de añadir otra a la lista.
Bueno, para terminar (esta vez sí) sólo un par de advertencias:
Realmente creo que la primera entrada me ha quedado un poco seca, pero ya os iréis acostumbrando a mi encantador estilo literario.
Una buena pregunta en la mente de cualquier ávido lector (de ilusiones se vive) podría ser "¿Para qué #@$% quiere este tío un blog?" o "¿Qué tripa se le ha roto?". Pues he de decir, querido lector, que para nada y ninguna que yo sepa. En realidad siempre me ha picado el gusanillo de escribir (aunque fuese un triste diario) y nunca lo he puesto en práctica en condiciones, así que este es un buen sitio para hacer experimentos.
Además, estoy de exámenes, lo que siempre ha sido una motivación excelente para emprender las más variopintas actividades, como ordenar tu colección de música, limpiar la habitación, hacer una torre Eiffel con palillos... Ya iba siendo hora de añadir otra a la lista.
Bueno, para terminar (esta vez sí) sólo un par de advertencias:
- Dejo a vuestra cuenta y riesgo el tomaros en serio algo de lo que leais aquí, pero por vuestro bien no os lo recomiendo.
- Suele írseme la olla con las enumeraciones, por lo que cuando digo "un par de cosas..." echaos a temblar, porque lo mismo es una que diez.
- Este blog tiene vocación claramente egoísta: es para decir cualquier cosa que me ronde por la cabeza. Por lo tanto admitiré sugerencias y críticas constructivas, pero absteneos de decir que es una m%$&#@ o que me hacéis vudú para ver si la diño dolorosamente. Sano remedio: si no os gusta hay otros blogs estupendos por ahí. Visitad este,a ver si eso aplaca vuestra ira.
Rompiendo el hielo (y lo que se tercie)
"Quedan inaugurados los juegos del ochenta y cua..." ups, digoo... queda inaugurado mi blog.
Empezaré por presentarme:
Me llamo Jorge, tengo 24 años y estudio ingeniería informática ("Te queremos, Jorge").
No creo que sea como para empezar con mis aficiones (no vayamos a empezar a perder lectores demasiado pronto ;) ), así que como primer post va que se mata.
Espero postear pronto (sé que lo haré) pero puede que no sea muy regular...
P.D.: Las citas son de la historieta de "Mortadelo y Filemón: Los Ángeles 84" (Ronald Reagan recibe un disparo en el sombrero a mitad de frase, ay Mortadelo, manos de mantequilla) y la típica frase de bienvenida a alcohólicos anónimos en las películas (siempre me he preguntado si en verdad lo dicen...).
Empezaré por presentarme:
Me llamo Jorge, tengo 24 años y estudio ingeniería informática ("Te queremos, Jorge").
No creo que sea como para empezar con mis aficiones (no vayamos a empezar a perder lectores demasiado pronto ;) ), así que como primer post va que se mata.
Espero postear pronto (sé que lo haré) pero puede que no sea muy regular...
P.D.: Las citas son de la historieta de "Mortadelo y Filemón: Los Ángeles 84" (Ronald Reagan recibe un disparo en el sombrero a mitad de frase, ay Mortadelo, manos de mantequilla) y la típica frase de bienvenida a alcohólicos anónimos en las películas (siempre me he preguntado si en verdad lo dicen...).
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